Álvaro Mutis Jaramillo (Bogotá, 25 de agosto de 1923) es un novelista y poeta colombiano. Es uno de los grandes escritores hispanoamericanos contemporáneos. A lo largo de su carrera literaria ha recibido, entre otros, el Premio Xavier Villaurrutia en 1988, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1997, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1997 y el Premio Cervantes en 2001.

Hechos y curiosidades

Influencias y amistades
Recibió la influencia de Octavio Paz, Pablo Neruda, Saint-John Perse y Walt Whitman. Es gran amigo de Octavio Paz y de Gabriel García Márquez; de este último es el primer lector de sus borradores. Además publicó su primer libro de poemas con Jorge Gaitan Durán.
El cine
Muy ligado a la industria del cine, Mutis ha sido agente en Latinoamérica de varias productoras. Es poco conocida su participación en la industria de doblaje en México. Prestó su voz como el narrador de la famosa serie Los Intocables e hizo muchísimas traducciones-adaptaciones de libretos para doblaje. Dos novelas suyas fueron adaptadas como películas por directores de cine colombianos: La mansión de Araucaima (1986) de Carlos Mayolo, e Ilona llega con la lluvia (1996) de Sergio Cabrera.
La política
Nunca ha participado en política, no ha votado jamás y el último hecho que en verdad le preocupa en el campo de la política y que le concierne y atañe en forma plena y sincera, es la caída de Constantinopla en manos de los turcos el 29 de mayo de 1453. Sin dejar de reconocer que no se repone todavía del viaje a Canossa del emperador sálico Enrique IV, en enero del año 1077, para rendir pleitesía al soberbio pontífice Gregorio VII. Viaje de tan funestas consecuencias para el Occidente Cristiano. Por ende dice ser "gibelino, monárquico y legitimista".
Un antepasado ilustre
Álvaro Mutis desciende de una familia gaditana, y uno de sus antepasados, José Celestino Mutis, fue un famoso botánico que en 1783 encabezó una expedición botánica al Virreinato de Nueva Granada y consiguió clasificar, con la ayuda de los indígenas, miles de plantas de la zona ecuatorial. Su hermano Manuel es el padre del tatarabuelo del escritor, que curiosamente ha dejado para la literatura latinoamericana algunas de las mejores páginas sobre la selva.
La publicidad
Entre los múltiples oficios con los que Mutis se ganó la vida (locutor de radio, jefe de relaciones públicas y distribuidor de películas de la 20th Century Fox en América Latina, empleado de una compañía de seguros, de Columbia Pictures y de Esso) el más curioso es sin duda su colaboración para una agencia de publicidad. Nadie sabe muy bien cuál fue la impronta que dejó Mutis en el mundo de los anuncios publicitarios. Algunos dicen que Coca-Cola le debe uno de sus mejores slogans; otros juran que dedicó un bello poema al vino, recitado con atuendo de Baco desde un paisaje de vides.
El regalo para "Gabo"
En la dedicatoria de su novela El general en su laberinto, Gabriel García Márquez desliza una frase que ha dado lugar a numerosas especulaciones: "Para Álvaro Mutis, que me regaló la idea de escribir este libro". Luego, en sus "gratitudes", el Nobel colombiano llama la atención sobre un relato de su amigo, "El último rostro", que cuenta un episodio de los últimos meses de la vida de Simón Bolívar, a partir del hallazgo de unos manuscritos perdidos, escritos por un coronel polaco de apellido Napierski, quien, en Cartagena, conoce a Simón Bolívar y pasa algunos días a su lado. La figura de Napierski, puro invento de Mutis, la objetiva García Márquez al utilizarla -irónicamente y muy a su manera- como fuente histórica en su novela.
Mutis mismo ha declarado que "El último rostro" es lo que quedó de una obra mucho mayor, quemada porque le pareció demasiado "de tesis". Al contárselo a su amigo, éste le sugirió intentar escribirla. "Y yo le contesté, me parece muy bien, nadie lo hará mejor. Aquí está toda la documentación, y le di los libros que yo había leído, la correspondencia de Simón Bolívar, en fin, una serie de documentos históricos esenciales, y se lo llevó todo, y se marchó de mi casa diciendo "Ya sabrás de mí". Cuando terminó la novela me la dio, porque siempre me muestra sus originales antes que a nadie y me dijo, "A ver, ¿va a quemar esta también? Y allí estaba el Simón Bolívar que debía haber escrito yo. Pero lo escribió él. Perfecto."
La visita a Hernán Cortés
No es un secreto la devoción de Mutis por la Monarquía Española. Por ejemplo, piensa que la humanidad sufrió un tremendo retroceso cuando terminó la autoridad de los reyes para ser reemplazada por la voluntad popular. Pero tal vez sea menos conocido el hecho de que durante la visita del Príncipe de Asturias a México, el escritor colombiano tuvo la oportunidad de servirle de guía en una visita a la tumba de Hernán Cortés, que está escondida detrás del altar mayor de la pequeña Iglesia que el conquistador fundó junto con el Hospital de Jesús. Aunque el equipo de seguridad y algunos funcionarios se opusieron, el Príncipe insistió en ir a pie desde el Zócalo de la Catedral mexicana, que está a dos o tres calles. Cuentan que al llegar un despistado sacerdote de cierta edad les dijo: "Aquí no pueden entrar turistas". Con la mayor de sus sonrisas, Mutis soltó una frase que todavía lo divierte: "Es que no se trata de turistas, dijo. Es S.A.R. el Príncipe de Asturias".

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